UN AÑO Y 22 DÍAS DESPUÉS...
Y después de un año y 22 días, por fin nos llega Diez años y diez días de Poppy Garcia.
Para la mayoría de vosotros Poppy Garcia será
una gran desconocida. Nosotras conocimos su obra por casualidad o carambola,
bastante afortunada por cierto. La autora no se prodiga en redes y tampoco hace
publicidad de sus obras, aunque lo cierto es que son maravillosas, incluidas las portadas.
Las tres historias que firma, aunque hoy nos
ocuparemos de la última, son autopublicadas, no se les ha dado bombo y platillo
alguno, y las firmantes llevan, literalmente hablando, más de un año buscando a
Poppy a través de las redes. Debemos decir que no la hemos localizado aún, pero
sí a su portavoz o intermediario, que sin duda le ha transmitido nuestros
recados.
Si en Tú nos paseamos por la música, en No te escondas de mí por la historia y el kendo,
en Diez años y diez días, título que va como anillo al dedo, nos vamos de viaje a un pueblo castellano,
deducimos que en la provincia de Ávila. Allí se traslada nuestra protagonista
para encontrarse a sí misma y ¡vaya sí se encuentra!, aunque también encontrará a otros personajes
que son de lo más divertido y, sobre
todo, de lo más reales para todos aquellos que tenemos la suerte de conocer
el paño. Cotilleos, reencuentros no queridos, pero sí deseados, sentimientos
que están ahí, aunque se nieguen y claro, como todo lo que se niega, a pesar de
su certeza, acaba por arrollarnos: contienes, contienes y, al final, explotas y
¡vaya explosión!
Dos protagonistas maravillosos rodeados de secundarios que no les van a la zaga y de los que esperamos, dado
que este es el primer libro de una saga (Sierra Negra), más datos en los siguientes.
Como en todos los libros de Poppy García hay
un algo más que impregna todo el libro: gran ambiente, referencias culturales, sarcasmo y sobre todo, reflexiones sobre el comportamiento
humano, rodeado de un exquisito humor.
Nos consta que en el libro, en su primera
edición, se deslizaron algunas erratas, esas enemigas del escritor, que
valoramos en su justa medida, dado que escribir este libro, autopublicarlo y no
tener errata alguna hubiera sido una labor de un dios. También tenemos que
decir, que puesto en conocimiento del intermediario la presencia de esas
erratas, que se ve además que lo son porque la autora maneja el español que da
gusto, se lanzó una segunda versión corregida, lo que indica que Poppy García
se preocupa por sus lectores y es un dato muy a tener en cuenta.
No decimos más, salvo que seguimos de pesca de libros y de autores.
¡POPPY GARCÍA, NO TE ESCONDAS DE NOSOTRAS!