NUESTRO GALLO DE MAYO, QUE COMO SIEMPRE VUELA TARDE, SE DIRIGE A LA LUZ QUE ILUMINA EL MEDITERRÁNEO: DOÑA OLIVIA ARDEY
Que sí, que ya sé que vamos retrasadas, pero
esto es lo que tiene tener la lectura como afición a la que le vas prestando esos ratitos que
robas a otras cosas: familia, trabajo,
amigos… en fin, a la vida diaria, de la que somos protagonistas queramos o no.
En
su momento ya adelantamos que este Gallo Rayano se da de común acuerdo entre las
firmantes de este blog. Vaya esto por delante, porque sí, por parte de la que
suscribe se regaló a la Sra. Ardey de forma gustosa una anécdota, pero eso no
ha influido para nada en que nuestro emplumado vuele a Valencia. Ya dijimos
también que tenemos muchos en lista y que pretendemos llevar un orden, aunque a
veces haya que alterarlo. En este caso vuela a doña Olivia Ardey, que lo tenía hace tiempo
ganado y esperamos que le haga un nidito de amor, que lo trate bien y que lo
quiera. Nuestro Gallo Rayano es un trocito de nuestro corazón lector (es cursi
esto, pero es cierto)
Nuestra
primera lectura de Olivia Ardey, la recuerdo como si fuera ayer, fue Bésame y
vente conmigo. Al acabarla ambas coincidimos en que nos gustaba y mucho: nos
había entretenido un montón, había sido capaz de pasearnos desde las bodegas de
un pueblo de Teruel a Las Vegas,
habíamos participado en las aventuras de sus protagonistas. En definitiva, fue
en placer leerlo. A partir de ese momento decidimos seguir leyendo sus libros y no nos ha
defraudado, al contrario: fans de Doña Olivia.
En
común con todos nuestros Gallos, que son variopintos, tiene ese amor al trabajo
bien hecho que rezuman sus libros. De la lectura de sus novelas se deduce de
forma clara que pone toda la carne en el
asador en cada una de ellas y no
escatima esfuerzos. Divertidas, alocadas, bien documentadas, históricas o contemporáneas,
Olivia siempre nos arranca una sonrisa, un corazón encogido, un viaje y un
final feliz. Que sí, que lo sabemos: somos unas pesadas, pero el final feliz para nosotras es requisito sine quae
non. Para llorar tenemos otros libros o el mismo telediario.
De
la mano de la Sra. Ardey hemos visitado el oeste, los alegres años 20 en New
York, un pueblo perdido en Teruel, Paris, Escocia o la Toscana y no, no nos
hemos tenido que mover del sillón. Nos podemos reconocer en muchos de sus
personajes (os aseguro que eso es cierto), podemos reírnos de nosotros y con
ella. Que una novela sea capaz de hacer esto, que un escritor te provoque todo
ese tipo de sensaciones, significa que lo hace bien, muy requetebién.
Como siempre decimos, nuestros Gallos son
nuestros y nada tenemos que justificar, vamos que los damos a quien nos parece
bien aplicando nuestra “inmensa sabiduría”, pero creo que todos coincidiréis en
que está más que merecido.
Para
los que no la conozcáis y tengáis curiosidad, aquí os dejamos un enlace a su
blog
en
el que encontraréis, además de sus obras y dónde comprarlas, noticias sobre
ella, curiosidades sobre sus libros y deliciosos relatos.
Decir
que, precisamente hoy salía su nuevo libro Un
verano en la Provenza, al que estamos deseando hincarle el ojo y del que
también os dejamos el enlace por aquello de si queréis meterle mano (no es obligatorio comprarlo en Amazon, está
en todas las librerías)
Me
despido de todos aquellos que nos leen, mientras seguimos pescando lecturas que
nos pueden llevar al desierto, a La India, a Sacramento, a Madrid o Dios sabe
dónde.
PD: Doña Olivia guardaremos celosamente su
secreto J